martes, 13 de octubre de 2015

Úbeda la Vieja, la antigua colonia de Salaria, abandonada a su suerte.


Muy pocos son los tesoros romanos de los que podemos presumir en la provincia de Jaén, pese a la gran fama que han adquirido lugares con solera como Cástulo, los puentes, así como otros lugares que por desgracia están tan olvidados como este lugar que quiero destacar.

Úbeda la Vieja, llamada así a este lugar que se encuentra a la vera del Guadalquivir, subida en dos cerros, que dominan un entorno mágico entre la Loma y Sierra Mágina, cerca del cortijo de Doña Aldonza, y del embalse del mismo nombre, es donde se asentó una antigua colonia romana, que es conocida con el nombre de Salaria y que corre el gran peligro de verse sometida al ostracismo de la memoria.


Su importancia radicaba en la explotación de sal, que mediante salinas se explotaban de manera cercana. Teniendo en cuenta que esto fue una importantísima fuente de comercio para los romanos, tuvo que hacer de la ciudad un próspero lugar.


Un olivar, ocupa el sitio que antiguamente transitaban romanos e incluso pueblos anteriores, donde podemos encontrar restos de unas construcciones que usan el mortero romano con cantos en espiga, que sin duda hacen más duradera su existencia y que son el testigo de un gran asentamiento, que se rodea de grandes montículos de piedra, en algunas de las cuales, apreciamos muescas de su uso arquitectónico, y que sin duda lo fueron, así como materiales impropios de la zona, como el granito. 



El lugar ha testimoniado restos escultóricos y de cerámica que en su mayoría, a excepción de los expolios, que los ha habido y muchos, se conservan en el museo arqueológico de la ciudad de Úbeda, la cual al parecer, siguió a esta una vez abandonada. 


Es obvio que no fue la capital de una provincia, ni tampoco una ciudad de primero orden como Cástulo, pero eso no debería ser óbice para recuperar un elemento que escasea en la provincia de Jaén, un espacio romano que fue una ciudad de cierta importancia.

Uno de los restos más notables que podemos ver es el muro, confundido con muralla, pero que parece una estructura que forma parte de un edificio de mayor envergadura que denota cierta importancia. 



Visitar este lugar me ha hecho pensar en lo poco que tenemos en consideración los lugares históricos, en lo poco que los cuidamos a nivel ciudadano y en como los intereses particulares unidos a la dejadez institucional. Si nos lo propusiéramos podría ser un lugar excepcional, que daría vida al museo arqueológico de Úbeda, además de potenciar el conocimiento histórico de la provincia. Casas rurales, fábricas de aceite, rutas de sendero, monumentos antiguos, el embalse de Doña Aldonza y el río Guadalquivir, son elementos que podrían servir para rodear de actividades al lugar y así compaginar su historia con atractivos de turismo activo y gastronómico que crearían un lugar de atractivo turístico. 


Sin intentarlo nunca se conseguirá, por eso me gustaría que Úbeda la Vieja, sea difundida, conocida, visitada y de esta manera poner en valor este lugar que animaría a su protección, descubrimiento, puesta en valor y difusión de un pasado, que sin duda fue, glorioso e importante.


Quiero animaros a que conozcáis este lugar y a que responsablemente lo visitéis y difundáis en redes sociales y otros canales para que de alguna manera, entre todos crezca el interés por parte de las instituciones que se han olvidado de ella, sin duda por otros intereses más "cercanos" y económicamente rentables.





miércoles, 5 de agosto de 2015

El triste resurgir del Puente Ariza


Uno de los acontecimientos más esperados por los amantes del patrimonio ubetense, es sin duda el resurgir de uno de los iconos más importantes de Vandelvira, el Puente Ariza y volver a pasear sobre sus lomos centenarios, como un día lo hiciera San Juan de la Cruz.

La triste noticia, es ver uno de los elementos que ha formado parte de la historia de los caminos de España reducida a la nada, por culpa de una mala planificación gubernamental que ha sumergido, literal y figuradamente, al puente en un pantano de malas decisiones, que lo están dejando en un estado lamentable.



El desprendimiento de la cantería, es inevitable cuando varios metros de agua sepultan la estructura y desgastan el llagueado y facilitan el desprendimiento de estructuras, tanto nuevas, como antiguas, formando agujeros y/o lagunas, que son en sí un deterioro que perjudica seriamente la estructura.

Tal y como vemos en las siguientes imágenes, el deterioro es mayor en las estructuras de culminación, como pasa con los trajamares del puente, donde su cúspide se está deteriorando a mayor velocidad.




Este tipo de cosas demuestran la clase de conciencia patrimonial, que tienen aquellos que se dicen los buenos gobernantes, sea la institución que sea o sea el color que sea, una vez más, y mucho me temo no será la última, vemos como los intereses y la mala administración económica, destruyen un legado centenario, vestigio de nuestra cultura y del esplendor artístico, que ha tenido, como en el caso de la antigua carcel de partido, la desgracia de no haber sido creada en el casco histórico, solo que en el caso de nuestro Puente Ariza, si estamos ante una obra del renacimiento, ante una obra firmada por Vandelvira. Es una terrible hipocresía fomentar el turismo y nuestro patrimonio utilizando nombres como el del ya mencionado arquitecto, o realizar rutas inspiradas en San Juan de la Cruz, y por otro lado permitir que esta barbarie suceda.

Con su desaparición, vamos a destruir al testigo de nuestros viajes a Madrid y al Condado, de los domingos buscando espárragos, de los calurosos veranos bajo su sombra y dentro de las aguas del río Guadalimar, de las rutas de rebaños y de todos los momentos que su piedra dorada nos ha ofrecido. 

No pretendo con esto hacer un llamamiento, pues queda claro que no sirve para nada, pero si pretendo, que nuestro querido puente, que si bien va a sumergirse en el agua, no se sumerja nunca en el olvido y lo recordemos, tal y como era, y seamos capaces de transmitir a las generaciones venideras este material, que por suerte no es escaso, para que recuerden que formó parte de nuestra historia y de nuestro patrimonio. 

Solo me queda dar las gracias a todos los que han hecho posible este lugar, gracias y disculpas por no haber sabido protegerlo, cuidarlo y valorarlo para que nuestras generaciones venideras, sean capaces de disfrutarlo.

D.E.P.



lunes, 1 de junio de 2015

Mecenas del crimen...

Comentar a toro pasado determinados acontecimientos, es algo que en este blog practicamos muy a menudo. Debo decir en mi defensa que esto no es la prensa seria, ni los tabloides que buscan el sensacionalismo de noticias impactantes que en la exclusividad encuentran su forma de seguir. Aquí no se gana dinero, aquí se da opinión, y en mi opinión hacer esto es conseguir que nadie se olvide de un hecho irracional, estúpido y dañino que perjudica al patrimonio del que somos depositarios todos los ciudadanos, incluso quienes atentan contra él, bien por capricho, diversión o para su propio beneficio económico.


La Santa Iglesia Catedral, se intentó asaltar en un vano intento en el que se forzaron dos de sus tres entradas, concretamente las más antiguas, la Puerta del Perdón y la Puerta de la Luna. Este vano intento, sin duda con intención de saquear su tesoro, tuvo su origen en la Puerta de la Luna, arco del siglo XIII con puerta de madera verde, que mediante algún elemento de palanca intentaron forzar rompiendo una de sus tablas, sin éxito imaginamos que por falta de insistencia por tratarse de una zona donde habría posibilidad de ser descubiertos, por tratarse de sitios donde hay alguna vivienda.

Los delincuentes, viendo estos inconvenientes lo intentaron por uno de los rincones más bellos de este edificio, su puerta trasera, la puerta del Perdón, más débil y escondida, lo cual haría que no hubiese llamadas de atención para destrozar esta entrada, por varios puntos, consiguiendo forzarla y de esta manera entrar al claustro donde afortunadamente las alarmas y las cámaras actuaron con la suficiente rapidez de evitar males mayores. Sin duda, se trata de profesionales del crimen, metódicos y con instrumental que permitiera hacerlo de manera rápida. 


El gran problema por el que pasan estos delitos es por la sobrevaloración económica que hacemos de las obras de arte, que las hacen codiciadas, deseadas y con un público que valorándolas de manera desorbitada son capaces de convertirse en mecenas de arte del hurto. ¿Cuándo van a comprender quienes financian a estos delincuentes, que el valor lejos de ser económico es incalculable desde el punto de vista cultural? No valen dinero, valen conocimientos, es su único valor y no se puede medir en números y mucho menos en dinero.

Espero que algún día nos demos cuenta de esta gran verdad y eduquemos para evitar que estos payasos, sigan cometiendo estas barbaridades.

lunes, 11 de mayo de 2015

La Semana Santa Chica de Úbeda, una forma de "jugar a los Santos".


No hay duda que estos momentos, son valiosos para la ilusión de estos pequeños cofrades, que con su devoción nos dan a unos cuantos adultos, una maravillosa lección de como actuar y sentir en la Semana Santa.

Sin duda esta costumbre que cumple doce años, ha servido para canalizar los juegos infantiles que todos hemos llamado "Jugar a los Santos". 

Recuerdo como un tambor de detergente, se convertía en un improvisado bombo, o incluso un tambor, que con dos palos cualesquiera nos hacía el apaño. Son recuerdos en los que una imagen de casa, pequeña, un muñeco o dos tarugos unidos por una guita, nos hacía el objeto de veneración que paseábamos por las calles, plazas y parques, amén del paso de los coches, que teníamos que tener en cuenta. Un trozo de tela hacía las veces de capa.


Cuando miro esta Semana Santa, me siento orgulloso de como las cofradías han convertido estos juegos en objeto de devoción cofrade.


Una de las cosas más importantes que quizás debiéramos plantearnos es quizás si este momento no se ha convertido en una competición entre cofradías, elaborando pasos complejos realizados por los adultos, olvidándose un poco del espíritu de este momento.


Es quizás las aspiraciones que algunos miembros de la organización, que han querido con este evento, exigiendo y poniendo premios que son lo que ha fomentado la competitividad, que afortunadamente se ha dejado de hacer. 


Es sin duda un gran momento para los niños, pero quizás este no sea el espíritu que la elaboración de la misma por sus propias manos infantiles que realizándolas muestran compañerismo y valores cristianos que cultivar en esta acción. Esta debe ser la intención de este evento.


Es obvio que los adultos tampoco hacemos los pasos, nos los hacen, pero hay una sutil diferencia entre hacer el paso como obra de arte y hacerlo como diversión y juego, que es de lo que se trata. Espero que nadie se ofenda y vea que es en la inocencia y sencillez de nuestros niños, donde tenemos que ver la grandeza de la Semana Santa y de la inocencia, transmitiéndoles que no hace falta un gran paso para pasar un buen rato.



Que no sirva de ofensa, sino de crítica constructiva para que los buenos valores sean los protagonistas en esta maravillosa fiesta.